Autor: Talía Valle – Auditor Multiestándar
Introducción
En un mundo cada vez más interconectado y consciente de los problemas sociales y ambientales, las organizaciones tienen un papel clave no solo en la generación de beneficios económicos, sino también en el bienestar de las comunidades en las que operan. Este enfoque se conoce como “Responsabilidad Social” y busca que las organizaciones actúen de manera ética, promoviendo un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Un tema especialmente crucial dentro de la responsabilidad social es la erradicación del trabajo infantil, una grave violación de los derechos humanos que sigue afectando a millones de niños en todo el mundo.
¿Qué es el trabajo infantil?
El trabajo infantil implica la participación de niños en actividades laborales que interfieren con su desarrollo físico, emocional y educativo. El trabajo infantil es una de las violaciones más graves a los derechos humanos que aún persisten en muchas partes del mundo. Impide que millones de niños disfruten de su infancia, accedan a la educación y se desarrollen adecuadamente en un entorno saludable. Esta problemática afecta a niños en diversas formas de explotación laboral, desde la agricultura y la minería hasta el trabajo doméstico y la venta ambulante.
El trabajo infantil: Una realidad desgarradora que no podemos ignorar.
La Responsabilidad social juega un papel crucial en la lucha contra el trabajo infantil. Las organizaciones, especialmente aquellas con una presencia global, deben asegurarse de que sus operaciones y cadenas de suministro no estén contribuyendo a este grave problema. Se estima que hay 160 millones de niñas y niños atrapados en el trabajo infantil en todo el mundo, tras un aumento de 8,4 millones en los últimos cuatro años.
Los datos más recientes muestran una preocupante situación: los esfuerzos por erradicar esta problemática se han estancado, incluso revirtiendo la tendencia de reducción que se mantenía desde hace décadas.
La protección de los niños contra el trabajo y la explotación laboral está respaldada por una serie de leyes y tratados internacionales que establecen estándares y garantías fundamentales para la infancia. Sin embargo, es importante destacar que la efectividad de estas leyes depende en gran medida de su aplicación y cumplimiento por parte de todos los actores, además de recursos y de seguir reforzando los marcos de protección y la colaboración internacional.
Hay iniciativas en Latinoamérica como el Movimiento Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores Organizados que colocan el trabajo infantil como una actividad que puede contribuir al desarrollo integral de los niños, siempre que no inhiban derechos como educación, vivir en un espacio libre de violencia y actividades recreativas.
Las acciones que las organizaciones deben implementar incluyen dos ejes fundamentales.
· Responsabilidad corporativa de respeto: son las acciones destinadas a evitar toda violación a los derechos humanos de la infancia, aplicándose a las actividades propias del negocio, sus relaciones comerciales, sus operaciones y las características de sus productos y servicios.
· Compromiso corporativo de apoyar: Integra las acciones voluntarias de las organizaciones para promover los derechos de la infancia a través de actividades estratégicas.
Conclusión:
Las organizaciones tienen la responsabilidad de defender los derechos de la infancia no solo hacia el exterior, sino desde el núcleo de sus operaciones. Integrar políticas de paternidad equitativas que permitan a los colaboradores el equilibrio entre su vida laboral y sus deberes familiares, independientemente de su género forma parte de dicha responsabilidad.
Referencias:
[1] Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Trabajo Infantil. Visto en línea en: https://www.unicef.es/causas/trabajo-infantil el: 08/04/2025.
[2] Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Aumenta el trabajo infantil en México. Visto en línea en: http://gaceta.unam.mx/aumenta-el-trabajo-infantil-en-mexico el 08/04/2025.